futuro para una fecha que aún no llega, los días pasan en una cuenta regresiva para que llegue el día y pase por fin lo que tanto esperábamos, pero ni lo saboreamos... fue tan tortuoso el andar que ni nos dimos cuenta y ya estamos ahí, en la fiesta, el concierto, el festejo, el cumpleaños de mi hija en el balneario.
No se si este año ha sido más extraño que los demás, pero estoy a punto de cumplir 45 años y me pesa la edad. Ha sido un año de mi primer cumpleaños sin mi papá, el primer día del padre sin papá, la primera Navidad, Año Nuevo sin su llamada, el primer año sin verlo y habitar esta tierra sin el... Pero como si fuera acto de magia, pasando LA fecha ( 4 de Mayo ), se ha quitado esa nube de pesadumbre, aún duele pero ya dejamos de contar los días sin él, los recuerdos dejan de ser tan dolorosos y aún se añora, pero ya no se siente ese hueco en el pecho.
No tengo muchas ganas de estar entre mucha gente brindando y festejando, tengo ganas de estar con mi familia, alegres, riendo, abrazandonos, jugando, disfrutándonos y valorando esos momentos juntos, haciendo recuerdos y creando vínculos que tanto nos hace falta en estos tiempos postpandémicos, con los adolescentes en depresión, las relaciones desgastadas, los adultos cansados, o por lo menos yo estoy con un sueño constante, una pereza que me derrumba, falta de motivación y que constantemente estoy en piloto automático, sobrellevando los días desde mi cueva.
Siempre he pensado que se cumplen ciclos en la vida y ya que está cercana la fecha de mi cumpleaños se viene una racha de enfermedades, lesiones, o bajas de ánimo por el hecho de cumplir un año más, como si cerraramos sacando o desechando todo lo malo y preparándonos para un comienzo de nuevo más limpio, más armónico. Pero eso de idear cómo festejar mi cumpleaños, cada vez es más un trámite que algo que anhele con todas mis fuerzas. A veces si se antoja una gran fiesta como en mis 20's o en mis 30's que si fue una gran peda con amigos de la prepa, o los de la universidad, bebiendo y recordando anécdotas y conviviendo con amigos de la vida, que extraño, que la mayoría los dejé de frecuentar o buscar para dedicarme a mi familia. Las amistades se vuelven lejanas y la distancia disuelve la intimidad pero el cariño prevalece.
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