miércoles, 30 de junio de 2021

Cuando todo calla

 Cuando todo calla, solo pienso en ti, me surge tu imagen en mi cabeza, casi puedo sentir tu mano en mi pelo, casi puedo escuchar tu voz preguntando cuando llego. 

Y es así como te siento en mi vida, como si estuvieras de viaje o fuera de casa, pero en algún momento te voy a volver a ver, te preguntaré cómo te fué y me platicarás de política, de corrupción o de lo que atormente tu pensamiento en ese momento, pero realmente yo quería saber como estabas o como te sentías. Siempre nuestra mala manera de comunicarnos, el intentar torpemente de convivir o coincidir en temas de futbol, cosas que componer en casa, las últimas aventuras de mis hijos o lo que hicieron mis hermanos. Cuando platicabas de ti, era sobre demandas al gobierno, que si la marcha o la rabia por un gobernante despreciable, siempre buscando justicia, así fuiste tú defendiendo lo indefendible y peleando por tu causa, como decía la canción por la cual te vi llorar "y ser fiel a mi ideal" y eso es lo que me queda muy dentro de mí, el ideal de buen esposo, de buen padre, de hacer lo correcto pese a todo, de embestir la adversidad con toda fuerza y dejar todo por la familia.

Cuando todo calla, recuerdo tu risa, tu forma de ser tan bromista y tener tan buen ambiente, tener barrio para alburear y para bailar. Verte en fiestas era fabuloso, eras muy rápido con la broma, bueno con los tragos y se deslumbraba vagancia en tu juventud cuando hacías trucos con el cigarro. Aunque por tu filosofía de ser padre y no amigo, nunca te diste la oportunidad de ser ese personaje con tus hijos y lo respeto sin reprocho. Fuiste un padre divertido cuando había que serlo, estricto y exigente cuando inculcabas disciplina, cariñoso ya cuando vinieron los nietos y podías ser lo más tierno posible y disfrutar de los bebés, aunque te daba miedo cargarlos.

Cuando todo calla, te siento conmigo, te tengo presente y deseoso de calmar mi tristeza, de poder decir de verdad las palabras que siempre necesité escuchar de ti, lo siento y estoy muy orgulloso de ti, te quiero hijo.

viernes, 4 de junio de 2021

Aceptarse cuarentón

El primer paso de ser cuarentón es aceptarse con tus errores y tus aciertos, con la piel más flácida y colgante, con ojeras y reumas, con menos pelo en la tapa del coco, pero ahora crece desproporcionadamente por lugares insospechables como la nariz, las orejas, la espalda, los pómulos... en fin, nos comenzamos a volver de gallardos Galgos a un tierno San Bernardo que deja de ser salvaje para volverse domesticado, sentado en un sillón viendo torneos completos de su deporte favorito o lo que sea en la TV, con tal de no ser molestado y poder disfrutar de "su momento" fuera de quejas de los hijos, sin chismes de las amigas de su mujer, o de la famosa de moda, o que si la política del país es funesta. Es tu momento, con tu cerveza y cuidado que abras unos cacahuates o alguna botana porque invocas a los hijos a invadir tu espacio, comerse tu snack y hacerte preguntas existenciales TODO el partido... pero bueno, regresando al tema, apartado de ese cromañón que en vez de garrote usa el control remoto, también tenemos nuestras virtudes.
Porque si las tenemos... ¿O no?
Nuestra opinión ya cuenta más, tenemos más fundamentos para tomar desiciones, aunque no siempre son las correctas, pero de que hay fundamentos los hay. Sabemos más de las relaciones de pareja, aunque no lo llevemos a la práctica, sabemos corregir a nuestros hijos, pero no seguimos nuestras propias palabras. En fin, somos unos humanos más viejos pero en verdad más sabios, aunque ya olvidamos un poco el ser intrépidos pero ahora somos cautelosos y no nos hacen mensos tan fácil, taaan fácil jeje. Con un espectro más amplio de la vida y que queremos hacer con ella, que buscamos lograr, como hacer que las cosas pasen, pero aún desafiando los avances de la edad, el envejecimiento de nuestro cuerpo, el afianzar nuestros gustos que muchas veces se vuelven manías y nos volvemos más obstinados y dejamos de buscar cosas nuevas. Como la musica, que carajos le ha pasado a la música de ahora, ya no hay grupos, conceptos, movimientos... son simples máquinas de dinero que si no sirven se desechan al momento, sin arriesgar, sin proponer, y simplemente tratar de ganar lo más posible, como sea. Pero ese es otro tema de este cuarentón que no evoluciona y no entiende la modernidad.
Un abrazo.

De lo más gustado